El Parmigiano Reggiano de más de 36 meses es un queso caracterizado por un alto grado de madurez. Es rico en cristales de tirosina que garantizan su friabilidad y digestibilidad. Con este Parmesano, nos acercamos a un sabor más refinado impregnado de tradición. Su sabor nos transporta al pasado, a los platos rellenos de pasta casera y cubiertos de parmesano rallado o al inconfundible sabor del erbazzone, especialidad de la zona de Reggio donde se produce el parmesano.

El parmesano extra-maduro por excelencia
Este parmesano tiene un intenso color amarillo pajizo, más oscuro que las edades anteriores. Se denomina "stravecchio" por sus intensas propiedades que recuerdan sabores salados y especiados, con notas de pimienta y nuez moscada. También se detectan aromas de piña y frutos secos mezclados con aromas herbáceos, que complementan su aspecto seco y granuloso. Es excelente para la degustación, ya que en esta fase de maduración el queso ha alcanzado su mejor estructura.

El Parmigiano Reggiano de más de 36 meses no contiene lactosa por naturaleza y tiene un alto índice de digestibilidad, por lo que se recomienda en dietas infantiles.

Rico en propiedades beneficiosas
El consumo de este queso parmesano curado durante más de 36 meses proporciona un aporte ideal de calcio y proteínas, sin adición de conservantes ni aditivos diversos. Por tanto, fortalece los huesos y es esencial, por ejemplo, durante el embarazo y la lactancia. La alta maduración aumenta la cantidad de tirosina, esos cristales blancos que afloran en la superficie del queso y que son esenciales para el bienestar y la salud de nuestro organismo, en general, y de nuestro cerebro, en particular.

El queso parmesano de más de 36 meses es especialmente adecuado como tentempié para una breve pausa en los estudios o el trabajo. La tirosina ayuda a mantener la atención y favorece el desarrollo de la memoria. Además, el Parmesano extramaduro es muy digestible, no contiene lactosa por naturaleza y tiene una textura menos grasa que los madurados más jóvenes. Ideal también para los amantes del deporte, el Parmigiano Reggiano de más de 36 meses se define como un complemento alimenticio natural, ya que está repleto de vitaminas, minerales y proteínas.

Un sabor refinado
Este tipo de Parmigiano Reggiano es sinónimo de calidad, tradición y gastronomía italiana y emiliana. Su friabilidad lo hace explosivo al paladar, ideal para rallarlo para aromatizar platos de pasta, sopas, caldos aterciopelados y guisos. Dado su elevado sabor, el Parmigiano también puede sustituir a la sal en sopas o ensaladas.

Cortado (o partido) en rodajas, el Parmigiano puede cubrirse con unas gotas de vinagre balsámico tradicional de Módena IGP para equilibrar su textura seca. La miel también combina muy bien con el Parmigiano Reggiano de más de 36 meses: tanto la intensa miel de Acacia o de Tilo como la más delicada miel de Millefiori. Ideal para degustar, el Parmigiano combina bien con muchos vinos: desde tintos robustos y estructurados como el Barbera d'Alba o el Morellino di Scansano, hasta vinos dulces como el Albana o el Verdicchio, pasando por vinos blancos o espumosos. Un sabor excepcional y estimulante.